sábado, 5 de julio de 2014

La formación de valores del profesional:


La tendencia dominante en la FORMACIÓN PROFESIONAL es la propuesta de una FORMACIÓN INTEGRAL que comprenda las capacidades y competencias para entrar al mundo del trabajo. Pero que también incluya los VALORES Y LAS ACTITUDES  que moldean la personalidad del sujeto y que contribuyen al logro de un desempeño comprometido y eficaz de su profesión, así como a un ejercicio responsable de la ciudadanía.

Los pilares de la FORMACIÓN INTEGRAL son dos:

1.- La Formación en competencias profesionales 

2.- La Formación ética.

Que requieren comprometerse como dos dimensiones que se articulan para preparar al profesional del nuevo milenio (Ibarra Rosales 2005).

Los profesionistas que egresen del SNIT (Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos o del sistema universitario, al adquirir un conjunto de conocimientos especializados y de competencias profesionales, no sólo logran obtener  el estatus y poder de expertos en un área del conocimiento o campo de acción, sino también contraen la responsabilidad moral de hacer un buen uso de esas competencias profesionales porque la aplicación de esos conocimientos especializados inciden de manera directa o indirecta en las condiciones de vida, en el bienestar de la POBLACIÓN y el estado de la naturaleza.

La Educación en VALORES en la educación superior tecnológica debe encaminarse  fundamentalmente a la formación y al desarrollo de valores profesionales, entendiéndose como slo valores humanos contextualizados y orientados a la profesión. Sus significados se relacionan con los requerimientos universales y los particulares de  la profesión. 

Constituyen rasgos de la PERSONALIDAD profesional y contribuyen a definir una concepción integral de l ejercicio de la profesión. En la Formación profesional, la educación en valores es el proceso de HUMANIZAR e INTEGRAR lo social en las competencias profesionales. Significa desarrollar la personalidad profesional integral mediante la modelación del ejercicio profesional en el proceso docente y en toda la vida universitaria para el desarrollo de los futuros modos de actuación profesional.
La formación de valores del profesional debe tener un carácter pluridimensional, que abarque las siguientes áreas que necesariamente habrán de desarrollarse; INTELECTUAL, TÉCNICA, ÉTICA, ESTÉTICA, POLÍTICA y además según la profesión, y de otros factores que, de acuerdo con las circunstancias, deberían tomarse en cuenta.

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